Los primeros días del huerto de este año requieren trabajo. Levantar la huerta de verano y empezar a preparar la tierra para la huerta de invierno.
Nos encontramos continuamente con tesoros como las zanahorias. La verdad es que nos sentimos identificados porque cada una una que sacamos tiene su propia personalidad y eso nos encanta. Buscamos en ellas formas y nos reímos encontrándolas. Nacho nos enseña un poco de teatro. Nos hace reíair, digo reir. Y cuando las probamos… buaaaaaaa ¡¡qué sabor!!. No son todas bonitas y perfectas y para nosotr@s mejor pero son todas sabrosísimas y mejor.
Después de la parte espiritual nos toca recoger carretillas de hierba y matas que ya no darán fruto pero que utilizaremos para nuestra lasaña-compostera que nos dará la maravilla de compost del año que viene.
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