La libélula es un animal que dependiendo del lugar en el que uno habita su simbología cambia por completo.
Estamos ante un cuento interactivo que nace de la necesidad de explorar nuevas formas de teatro basadas en la improvisación manteniendo una estructura dramática, generando así, una comunicación diferente con el espectador.
La energía camaleónica de este animal es lo que sentía que debía llevar a escena.